El primer escrito donde se menciona a nuestro pueblo, Santianes del Agua, es en un documento de 1147, en el que un noble llamado Gontrodo, dona las tierras de Sancti Yohannis de Stola, Covas, Santa María de Boqueres, Kamango y todos sus siervos adscritos, al monasterio de San Salvador de Oviedo. Este a su vez las había obtenido como donación del rey Alfondo VII.
Anteriormente a esta fecha el diácono Francio habría donado sus posesiones de los pueblo vecinos, Santiago de Frias y la Villae de Covas al monasterio de San Eulalia y San Vicente de Triongo (In Lucum Triunico) en el año 834.
El nombre del pueblo está dedicado a
San Juan Bautista (Sancti Yohannis) y en cuanto a “del agua” somos de los
numerosos pueblos asturianos con nombres
hidronímicos. En la cuenca del Sella varios, los más cercanos, Triongo
(posiblemte 3 fuentes), Fuentes, Toraño (tierras cerca del agua), Fries (aguas
frías), Cuevas del Agua, o Llovio, (fluvium, río).
Podemos definir a Santianes del Agua a lo largo de la historia como un pueblo frontera. El río Sella divide las provincias romanas, la Gallecia y la Tarraconense, a los Cántabros y a los Astures (nosotros pertenecemos a la zona cántabra, probablemente a la tribu de los Vadinienses), posteriormente somos el último pueblo del alfoz de Melorda y hasta 1895 pertenecemos a la parroquia de Collera. Por cierto mientras Santianes pertenece a la parroquia de Collera, Omedina y Fries pertenecen a la de Moro.
Diversos autores grecolatinos de los primeros siglos de nuestra era como Estrabón, Ptolomeo o Plinio, hablan de los montañeses como “un pueblo valeroso, con cabellos largos, donde predomina el matriarcado. Los hombres se acuestan con los niños recien nacidos para darles calor. En las batallas llevan una bolsita con veneno atada al cuello y en el caso de estar rodeados, antes de entregarse, se suicidan. Practican una ganadería extensiva complementada con una agricultura itinerante de subsistencia. Se alimentan de bellotas de encinas, dejándolas secar, moliéndolas y haciendo con la misma harina de pan. A los enfermos los exponen en caminos, para que los que pasan por los mismos les den consejos sobre su enfermedad. Realizan también competiciones gimnásticas, hípicas, con pugilato, carrera, escaramuza y combate en formación”.
De aquella época, posiblemente con varios siglos de existencia
y con un valor histórico importantísimo
es el Picu Les Torres o Castella de Baraone. Recinto donde existieron 2 o 3
torres de vigilancia, rodeadas de un cierre amurallado.
Desde allí se vigilaban las
comunicaciones, entre ellas el camino que conducía desde el este hasta el oeste
de Asturias y que cruzaba el Sella a la altura de Llovio – El Alisal, antes de
que existiera la barca en Ribadesella. En Llovio todavía existe una “piedra de
la oración”, lugar donde se detenían los
peregrinos que hacía el camino de Santiago a orar antes de cruzar el río.
En excavaciones de hace unos años en
el Picu Les Torres se encontraron 270 piezas de cerámica, lo que indica que
estuvo habitado.
Santianes del Agua limita con el rio
Sella, importantísima vía de comunicación durante siglos de nuestra zona.
Muchas de las mercancías que se cargaban en el puerto de Ribadesella se transportaban
a través del río. En 1790 el carbón descubierto en las minas de Piloña, se transportaba en carros hasta Arriondas y
en barcos (chalanas) desde Arriondas a Ribadesella. Las chalanas tardaban en
bajar desde Arriondas hasta 1 día. Para subir se tardaba algo más, incluso 2 días, e iban cargadas principalmente de aceite y sal.
El río Sella
también fue una fuente de alimentación para los habitantes de Santianes. Muchos
fueron los vecinos que se dedicaron a la pesca, con caña y también en
chalanas. Famosos fueron los litigios
entre los pescadores de la zona con el gremio de mareantes de Ribadesella sobre
las zonas de pesca de salmón que les pertenecía a cada uno. La pesca tuvo tanta
importancia que en el siglo XVIII en el Sella se llegaron a pescar unos 12.000 salmones.
También fue medio de transporte de las maderas que taladas en los montes de los municipios de Ponga o Amieva, se cargaban en Ribadesella con destino a los astilleros de Ferrol con el fin de construir barcos para la Armada Real. Precisamente una zona del río próxima a Santianes, se le denomina la Vuelta de los Maderos, recodo en el cual había que empujar las maderas para que continuaran rio abajo.
Una de las principales calzadas que existirían en Asturias sería la Vía Agripa (general romano) o camino real de la
costa, que comunicaba el oriente con el occidente de Asturias. Desde esta vía saldría un camino que desde Ribadesella nos llevaba a Arriondas, Cangas de Onís y Castilla. El itinerario
sería Ribadesella – Collera – Llovio – Santianes – Omedina – Fries. A la altura
de estas 2 últimas localidades cruzaría el Sella, siguiendo por Tresmonte
(donde existe una zona denominada “la calzada”) - Sinariega (donde se descubrió
una estela romana) – Pendás (con castro
y recinto amurallado) y Arriondas.
La zona de Estora figuraba a cargo del
concejo (Ribadesella), y el camino sería calificado como “escobio” por ser
dificultoso. El arreglo del resto del camino estaba a cargo de los vecinos del
pueblo, desde la salida de Llovio hasta la riega de Fries.
Continuará...
Bibliografía:
Juan José Perez Valle. Revista la Plaza Nueva. Asociación Cultural Amigos de Ribadesella.
Patricia Argüelles Alvarez. Antiguas Vias de Comunicación en Asturias.
Iván Muñiz López. La formación de los territorios medievales en el oriente de Asturias.
P. Suárez, V. Álvarez, J.I. Jiménez. Estudio diacrónico de las defensas de la ria del Sella.
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