Flanqueado a su izquierda por los picos del Collau de la Tabla, El Cabezu, Mofrechu, La Escapa, El Porru y La Cerezal, y a su derecha por La Cabeza y La Corona de Las Pandas, discurre un río, el de Santianes.
Aunque se le reconoce por este nombre, en realidad los lugareños le denominan Río Cobayos, riachuelo que nace bajo el Collau de la Tabla, en los lugares conocidos como Los Pradones y Vega de Busterré, formando lo que se conoce como Riega de Busterré, Riega Seca y Riega del Veular. La Riega de Martincano le aporta aguas por su izquierda para formar el río de Santianes propiamente dicho.
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La puente Madera |
Pero dejando atrás estas historias de penuria y siguiendo el curso del río, el encajonado espacio por el que discurre hasta entonces el río Santianes comienza a ensancharse, y por su margen derecha aparece el edificio de un nuevo molino, el molín de Cándida, hoy ya transformado y desde hace algunos años, en magnífica casa de habitación con fachada de piedra. Poco más abajo y por su margen izquierda, aparece ante nosotros el molín de Cuca, asimismo transformado en vivienda, poco antes de recibir de la misma mano las aguas del arroyo Bijorcu, que conserva el significado de cruce de vertientes, arroyo que tiene su nacimiento en el seno de un frondoso castañedo originando lo que se denomina Riega de Piertiga Atrás formada por las riegas del Felguerosu y Comadre. De ambos riachuelos, del de Santianes y el Bijorcu, se surtía el molino de Cuca, que contaba por lo tanto de dos presas que iban a dar a su cubo.
Frente al molino de Cuca, en la margen opuesta del río, nos topamos con la finca de Luis Sierra, un apasionado de las gallinas raras. Las tiene de raza autóctona asturiana, blancas con pintas negras y negras castellanas; hasta hizo plantaciones exóticas, logrando aclimatar un aguacate en ella. Poco después del molino de Cuca y siguiendo la margen izquierda del río, aparecen las ruinas de lo que fue un criadero de truchas que dejó de funcionar a finales de los años 80, según se afirma por problemas de derechos de aguas y falta de financiación. Poco más abajo, en la misma margen, nos encontramos con un nuevo molino, asimismo transformado en vivienda, el molino de Juan Sordo, que conserva además de un llamativo y amplio arco del saliu, una piedra grabada con la ingeniosa frase: "Mañana se muele de valde, hoy no".
En la margen derecha del río, después de dejar atrás el depósito regulador de agua del sistema Fríes-Santianes que abastece a la villa, el río recibe por la derecha y atravesando el camino que dirige a Peme, una riega de escaso o nulo caudal, originada en una fuente muy popular que -según dicen- no se seca nunca, la Fuente de San Juan. Allí, junto al camino, se encuentra un pequeño edificio que fue en su día vivero de angula de Felipe Fernández.
El río, ya un poco más crecido, sobre todo en época de lluvias, a pesar de la toma de agua que en él se hace, de aguas cristalinas que dejan ver con total nitidez los cantos rodados de su cauce y a veces truchas que suben a desovar, pasa por debajo de un artístico y llamativo puente de piedra, conocido como La Puente Madera, sobre el que discurre el camino de Santianes a Peme, junto a unas viviendas prefabricadas que contrastan llamativamente con el entorno y el paisaje, para dejar ver más adelante a su izquierda, el monte descarnado por la extracción de materiales de lo que fue cantera de arenisca.
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Molín de Juan Sordo. Arco del Saliu |
Después, y en el mismo linde del camino, nos encontramos con lo que fue otro molino, hoy asimismo transformado en vivienda, aunque conserva todavía parte de sus importantes estructuras molineras, el de Plácido Caldueño, más conocido como "Búcale" porque su dueño había venido de Cuba —nunca se olvidó de las mulatas- y cuando lanzaba algo a su perro le daba esta orden -Búscale- con acento isleño, orden que acabó dándole apodo a él y al molino. Sufrió un incendio antes de ser reconstruido como vivienda en la década de los 90.
A partir de aquí ya nos encontramos en pleno pueblo de Santianes, con casas, prados, árboles frutales y huertas (algún día habrá que escribir algo sobre la curiosa comunidad protestante que hubo en este pueblo a mediados del siglo XX y los conflictos que ello ocasionaba en aquella época de indiscutido catolicismo); el camino por el que caminamos, pasa sobre el cauce del río Llozana, riachuelo que contribuye a dotar de agua al pueblo y que nace en la Piértiga Alante, bajo La Escapa, arroyo que se seca en épocas de estiaje y también en pleno invierno, o se desborda con gran aparatosidad causando grandes problemas a los vecinos cuando sus aguas son abundantes, antes de desaguar en el de Santianes. Todavía conserva las ruinas y vestigios de dos antiguos molinos que hacían uso de sus aguas.
El río de Santianes pasa lamiendo el prau de San Juan, lugar de antiguos festejos populares, donde estaba situada la antigua y desaparecida capilla con la advocación de Santi Joanes, que dio nombre al pueblo, después escuela y hoy finca y vivienda de Leandro Cuesta -conserva en el dintel de su puerta el año de su construcción, 1897-, pero todavía el viejo río Cobayos, antes de morir, daba vida a otro molino que hoy se yergue majestuoso a la entrada del pueblo, el molín de Santos, único de dos molares en todo el curso del río y que dejó de funcionar hace unos ochenta años para ser utilizado desde entonces como vivienda. De estructura cúbica, tiene alero de tejaroz y sobre el dintel de la puerta se puede leer: "Se fabricó el año 1889 y lo costió B. LI. 0.Z." (Bernardo Llano González, aunque se necesita ser un lince para poder ver la G).
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Santianes |
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