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Sacrificios y logros de la cooperativa metalúrgica

La Nueva España (martes, 17 - IV - 1973)

Ribadesella

(De nuestro corresponsal, Dionisio Pedro GONZÁLEZ),

Me habían dicho que la fe mueve montañas, pero después de ver a esto hombres no tuve más remedio que pensar que si la fe va acompañada de la unión habrá que cambiar el final del adagio, para afirma que fe y unión son capaces de salvar cualquier clase de obstáculo por difícil que se presente.

La historia que sigue detrás bien pudiera parecerse a uno de aquellos relatos decimonónicos con su moraleja aleccionadora como conclusión. Pero no, no es ningún relato. Es solamente pura y tangible realidad.

Hace unos años en Ribadesella, que ya se encontraba con un déficit considerable en puestos laborables, trabajadores relacionados con la metalurgia, algunos con amplia experiencia en el extranjero, decidieron resolver su problema, el tener que desplazarse a otros países, otras regiones, otros puntos de la Península, en demanda de colocación.

En sus conversaciones surgió la idea de ser ellos a la vez empresarios y trabajadores. Más tarde, después de reuniones y estudios nacieron los estatutos de lo que en su día será la Cooperativa Metalúrgica Riosellana.

Entonces comenzó un largo peregrinar, ventanilla tras ventanilla, de un organismo oficial a otro, en busca de créditos, de ayudas. El ingreso de fondos por parte de cada uno. El buscar lugar idóneo para el emplazamiento de la industria.

Desde luego, no es nada fácil el camino. El tiempo pasa, y el tiempo es un aliado importante del desánimo, sin embargo, nada pudo hacer en este caso. Y con el tiempo las dificultades.

En la primera ubicación elegida tuvo que desecharse por la casi imposibilidad de los accesos. En aquel momento se dejó sentir el espíritu de ayuda, de hermandad de otro grupo cooperativo, el agropecuario de Llovio, ofreciéndoles unos terrenos que reunían todas las condiciones.

A partir de ahí los metalúrgicos se convirtieron en albañiles para levantar los muros de contención y afirmamiento sobre lo que se asentará la nave de trabajo.

Trabajando durante el tiempo que los demás dedican al descanso. (Foto Lolo.)
 

Con motivo de la visita a la provincia en fechas pasadas del ministro de Trabajo se anunció la concesión de un crédito de un millón ochocientas mil pesetas para la Cooperativa Metalúrgica Riosellana.

Y siguen en la brecha, levantando su propio futuro. Algunos con la aportación constante de su esfuerzo, colocando ladrillo, operando hormigón. Otros durante los momentos que destinamos los demás al descanso, en cuanto sus obligaciones les dan un respiro.

La historia no ha hecho más que empezar, quizá el comienzo sea lo más costoso. De todas formas, el sacrificio, la fe, la unión de estos hombres es la mejor garantía para asegurarle un final feliz.

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